Articulo Recomendado por: Oscar Billy Lopez Bolaños
Fuente: Periodico el Tiempo

Germán Leonardo Abril Arenas tiene 30 años, nació en Mogotes, un municipio Santandereano ubicado a tres horas de Bucaramanga. Este médico ahora está vinculado a los ensayos clínicos de la Sputnik V, la vacuna del covid-19 que desarrollan en Rusia.

Cuando tenía 16 años se ganó una beca en Cuba para estudiar medicina y a los 23 años volvió a Colombia con la ilusión de hacer una residencia en neurocirugía, sin embargo, fue rechazado en varias universidades colombianas.

“Yo deseaba mucho estudiar en Colombia, me presenté a todas las universidades donde hay neurocirugía en el país. En algunas pasé los exámenes, llegaba a las entrevistas y me decían que, como era graduado de Cuba, yo era sindicalista, comunista, guerrillero, que era de izquierda y que eso no lo querían en la universidad. Eso me pasó muchas veces. Fue muy doloroso”, indicó el doctor Abril.

El médico aplicó para hacer su residencia en la primera Universidad de Sechenov, en Moscú, Rusia, y pasó. Desde el 2017 vive en ese país.

Esta universidad es una de las que ha estado vinculada a todo el desarrollo de la vacuna del covid-19. Desde marzo pasado, el doctor Abril ha trabajado de cerca con la Sputnik V.

“Mi participación ha estado ligada a los ensayos clínicos de la vacuna en pacientes. Miramos si los pacientes tienen efectos adversos ante la vacuna. Hacemos la extracción de sangre para determinar si están desarrollando anticuerpos”, indicó el médico.

Su vida cambió radicalmente, duerme poco, llega a altas horas de la noche a la casa y tiene poco tiempo para socializar. “Soy soltero y eso hace que pueda disponer de más tiempo para estar pendiente de todo el desarrollo de los ensayos clínicos”, indicó el doctor.

Abril trabaja en dos etapas de estos ensayos que determinarán la efectividad de esta vacuna. La primera consiste en “la parte existencial, es decir, con los pacientes directamente. La segunda parte es la investigativa, que es cuando ya se tienen los resultados de los laboratorios y comenzamos a hacer unas tablas y unos análisis de esos datos para irlos aportando a las publicaciones científicas que se hagan”, explicó.

Los primeros pacientes en los que se efectuaron las pruebas de la vacuna eran militares.

“Muchachos de unos 25 años, en buen estado de salud. En este primer grupo se miraba que la vacuna no generara resultados adversos como alergias o procesos inflamatorios. Ahí evidenciamos que la vacuna no produce daños o alteraciones en los pacientes jóvenes”, añadió.

En la siguiente fase clínica verificaron que la vacuna produjera inmunidad en un grupo más amplio de pacientes. “Se les aplicó una primera dosis intravenosa y a las tres semanas se les aplicó una segunda dosis y gracias a esto nos dimos cuenta que los pacientes sí generaban una inmunidad. En su sangre tenían una gran cantidad de anticuerpos para enfrentar el coronavirus”, aseguró.

Una vez verificaron que sí desarrollaron los anticuerpos, estos pacientes fueron puestos en contacto directo con personas positivas para covid-19.

“Una vez se pusieron en contacto, se vigilaron durante el periodo de incubación del virus que es de 7 a 21 días y se vio que en ningún momento presentaron síntomas”, explicó el médico santandereano.

Luego del periodo de incubación, a estos pacientes se les practicaron las pruebas PCR, de antígeno y las pruebas de anticuerpos. “Se les hicieron tres tipos de pruebas y se verificó que efectivamente no desarrollaron la enfermedad ni que eran portadores del virus”, dijo.

Esa última fase acaba de finalizar. Actualmente, el doctor Abril se encuentra trabajando en una fase que consiste en que “les aplicamos la vacuna a todo el mundo, a adultos mayores, a niños, a personas con enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer. Esos pacientes se les vigilará con los mismos parámetros que las demás fases”

Lo que calculan es que para finales de septiembre se inicie la aplicación de 2 millones de dosis. “La idea es que primero se cubran las necesidades de Rusia y luego se puedan exportar a otros países. Se estima que se puedan producir dos millones de dosis mensuales. Cada dosis puede costar comercialmente entre 7 y 12 dólares americanos”, indicó el doctor.

El médico colombiano, quien ha vivido de cerca este proceso de ensayos clínicos de la Sputnik V, espera aplicarse la vacuna a finales de septiembre.

“Espero poder volver a Colombia. Es mi país y deseo aún más volver a Santander, es mi departamento, es mi casa, está mi familia y deseo volver”, enfatizó el médico.